jueves, 23 de febrero de 2012

“Tengo fe en las acciones populares”

Reflexiones de una entrevista pendiente y un encuentro de muchas voces con el teólogo que sustentó las posiciones más dignas de la iglesia latinoamericana


















Orlando Ruiz Ruiz
Cuando llegamos a la cita con Frei Betto, que debía producirse en la Escuela de Medicina Victoria de Girón, de La Habana, ya había transcurrido  el tiempo concedido por él para nuestro encuentro. Unl retraso imprevisto del transporte
 frustró la entrevista, privándonos de una oportunidad excepcional: dialogar cara a cara con  el eminente teólogo brasileño. Pero la desventura no cerró todas las puertas y un acontecimiento salvador vino en nuestra ayuda: asistir a la plática que sostuvo con numerosos estudiantes de su país  durante casi dos horas, y en el que también tuvimos la oportunidad de intervenir.
Se habló a palabra abierta de los males que afligen el mundo; de la desigual distribución de la riqueza;  de la influencia de los movimientos sociales, y no faltó la reflexión sobre el papel desempeñado años atrás por la Teología de la Liberación y por la iglesia latinoamericana de estos tiempos. También el sociólogo brasileño hizo un particular análisis en torno a  la destrucción lamentable de la naturaleza en que habitamos, sin que faltaran tampoco  en todo su discurso los temas propios de la fe y las anécdotas relacionadas con Fidel y la Cuba que tanto ama.
“Por todas partes los opresores tratan de confundirnos. Quieren hasta impedirnos que hagamos una lectura de la Biblia desde la óptica de los oprimidos, porque debe quedar claro que los ricos han hecho su interpretación de las sagradas escrituras a conveniencia y hay ediciones marcadas por el ideal de los explotadores, existen biblias conservadoras como las tenemos también progresistas”, dijo el intelectual brasileño.
Resuelto luchador por la paz, puso en oído de sus interlocutores una certera advertencia: “los conflictos armados solo interesan  hoy a los fabricantes de armas y a la extrema derecha; a causa de las guerras  y la industrialización  incontrolada la Tierra ha perdido el 30 % de su capacidad de regeneración”.
Luego, al ilustrar el alcance de la ambición sin freno de las grandes potencias, Frei Betto citó dos cifras. Mientras la FAO nunca ha recibido los 500 mil millones que se demandan para  alimentar a los hambrientos, los dueños de la riqueza “encontraron” en sus arcas  ocho trillones para salvar los bancos en quiebra, cifra equivalente a  nueve veces el Producto Interno Bruto de Brasil.
En una conmovedora confesión, Betto narró pasajes de sus cuatro años en prisión, rodeado de luchadores comunistas. “Tras las rejas, tanto unos como otros pudimos hacernos toda la autocrítica posible; además, allí tuve la ventaja de hablar del Gobierno a voz en cuello, sin peligro”.
Más adelante, preguntado acerca del fundamento de los procesos progresistas  existentes hoy en varios países de América Latina, respondió: “Han sido posibles solo porque parten de los movimientos sociales de raíz popular, indígenas o nacidos en las iglesias puestas al lado de las mejores causas. En Brasil, por ejemplo, el Partido de los Trabajadores y la obra emprendida por Lula y seguida por Dilma debe mucho a los movimientos religiosos”.
Al concluir exhortó a los estudiantes de medicina brasileños  que  manifestaron  preocupación por el rechazo del Colegio Médico de su país a la revalidación del título obtenido en Cuba: “Ustedes volverán con un diploma al que algunos allá no quieren darle valor, pero capacitados; únanse a los movimientos sociales, solo así podrán realizarse y hacer realidad sus aspiraciones. Tengo fe en las acciones populares; ahí  está la fuerza que nos permitirá vencer”.

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