domingo, 20 de junio de 2010

La auténtica riqueza de la vida







Realidad de un país donde la salud se enfoca sobre la base de la prevención, la seguridad social para todos y la cultura como enriquecimiento espiritual





Por Orlando Ruiz Ruiz


Los conceptos de plenitud humana, felicidad y bienestar se asocian en buena parte del mundo esencialmente con la riqueza material y el ingreso monetario que reciben los seres humanos. A partir de estos raseros se ha tratado de estigmatizar a Cuba definiéndola como un modelo de precariedad de la vida.
¿ Por qué entonces la Isla ha sido reconocida por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)como uno de los países más avanzados en desarrollo humano, no obstante ser ciertamente una sociedad de bajos ingresos per cápita?
Las limitaciones derivadas del bloqueo económico que ya está a punto de extenderse más allá de la media centuria, la desaparición de los mercados tradicionales de donde los cubanos importaban a precios justos buena parte de los alimentos y el efecto de los continuos huracanes que han destruido cientos de miles de viviendas y las principales cosechas, son factores que unidos a la crisis económica global han afectado de manera particular el nivel de vida en Cuba.
Pero la base social que desde 1959 fue consolidando día a día el Gobierno Revolucionario se refleja hoy, por ejemplo, en el hecho de que la mayor de las Antillas figure entre las cuatro naciones que en la región presentan un envejecimiento poblacional muy avanzado.
En el reciente Congreso Internacional: Longevidad Satisfactoria, celebrado a finales del pasado mayo en La Habana, se reconoció que actualmente el 17,4% de los cubanos supera los 60 años y se prevé que a mediados de siglo se eleve este indicador a más del 30%, lo que hará de Cuba uno de los países más envejecidos del mundo. De mantenerse la tendencia, los especialistas prevén que alcanzará el primer lugar de América Latina en el 2025.
En tal sentido la prensa se hacía eco de una afirmación de la viceministra cubana de Economía y Planificación, Magalys Estrada, cuando expresó: “Las cifras son un reflejo de los resultados alcanzados en aspectos como la salud, educación, empleo y asistencia social, que han ido modelando un patrón sociodemográfico similar al de los países desarrollados.
La extensión de la vida en una nación es muestra inequívoca de bienestar, a despecho de que los individuos reciban mayor o menor ingreso monetario, y en este caso, según reconoce Bárbara Pesce-Montero, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas en la Isla y representante del PNUD, “se debe a la voluntad política del Estado y a las bases institucionales creadas que han permitido alcanzar resultados sin precedentes en la atención al adulto mayor.

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