sábado, 27 de noviembre de 2010

¿Quién rescata a Haití de la muerte?

  La ayuda requerida ante la epidemia de cólera no llega a Haití, pero sí llega en caudal de decenas de miles de millones a Irlanda, para curar “otro mal”. Como siempre, la urgencia de los ricos y el socorro a sus finanzas pesa más que el desamparo de los pobres


  Por Orlando Ruiz Ruiz
La indiferencia generalizada ante el llamado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para combatir el cólera en la devastada nación del Caribe apenas es objeto de alguna crítica editorial, mientras en gruesos caracteres se publicitan por estos días los 100 mil millones que como contribución del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) serán depositados en las arcas del Gobierno y los bancos de Dublín.
"Necesitamos en forma urgente material esencial (...) médicos, enfermeras, sistemas de purificación de agua, pastillas de cloro, jabón, sales de rehidratación oral y carpas para los centros de tratamiento de la enfermedad", ha reclamado Nigel Fisher, coordinador humanitario de la Misión de Estabilización de la ONU (MINUSTAHT) en Haití; no obstante, la organización mundial ha recibido hasta el momento menos del 10% de los 164 millones de dólares que como ayuda de emergencia ha solicitado para enfrentar el mal.
Un médico citado por el colega Pedro Antonio Honrubia en artículo publicado el miércoles pasado en Kaos en la Red, explicó que el cólera es una enfermedad "fácil de curar", pero si no hay demoras en su atención, como lo demuestra el hecho de que la mortalidad registrada en los centros sanitarios es solo del 2,4%, a pesar de la carencia de recursos. Sin embargo, por lo que parece, no hay ninguna prisa por enviar el dinero, las medicinas y el personal necesario para evitar que la epidemia siga aumentado sus trágicos efectos.
Como ha reconocido la propia ONU, solo Cuba y un reducido grupo de naciones mantienen en Haití un dispositivo sanitario que trabaja incansablemente en la asistencia a los enfermos y el saneamiento ambiental hasta donde es posible. La brigada médica cubana tiene a su cargo la mayoría de los centros de atención contra la epidemia de cólera, ha declarado el propio representante de MINUSTAHT.
No obstante ese esfuerzo, la situación higiénico epidemiológica continúa siendo desastrosa. Una información ofrecida en estas mismas páginas reseñaba “…la basura se acumula día tras día al pie de los mercados públicos donde se expenden alimentos o alrededor de los campamentos donde tratan de sobrevivir más de un millón de seres humanos sin luz ni agua, con escasa comida y sin un lugar donde poder hacer sus más esenciales necesidades fisiológicas”.
Pero lo más indignante es, según cálculo de algunos analistas, que con apenas el 0,2% de lo que se va a destinar a la salvación de una “infeliz economía” europea en quiebra, podría mejorarse este entorno propicio al contagio y evitarse la muerte de cientos de miles de personas.
Hasta ahora, solo dos centésimas del dinero que va a ser destinado al rescate financiero de Irlanda es todo lo que el conjunto de la comunidad internacional ha aportado para librar del actual azote al pueblo más empobrecido del mundo.
En medio de tan desoladoras expectativas, los epidemiólogos calculan que en los próximos 12 meses podrían surgir en el país caribeño unos 200 mil casos de infectados, de los cuales un 20% enfermaría de manera grave.
"Estos serán personas que requerirán tratamientos intensivos de rehidratación y posiblemente antibióticos; para lograrlo necesitamos abastecimientos y equipos que no están disponibles, y establecer la logística operativa necesaria para poder manejar el aumento en el número de casos", ha dicho el doctor Jon Andrus, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La situación haitiana llama una vez más a la conciencia del mundo, ahora para salvar cientos de miles de seres humanos amenazados por el azote incontenible del cólera. No se trata de rescatar a una nación de la quiebra, sino a un pueblo de la muerte.

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